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EVOLUCIÓN DE LAS NORMAS EURO: UN VIAJE HACIA UN AIRE MÁS LIMPIO

En la década de los 90, mientras el mundo se ajustaba al ritmo de las nuevas tecnologías, Europa estaba ocupada preparando un plan para combatir la contaminación del aire. Así nacieron las Normas EURO, una serie de regulaciones que han estado, literalmente, limpiando el aire que respiramos desde 1992, regulando las emisiones de gases nocivos por parte de los vehículos terrestres. Pero, ¿cómo comenzó todo esto y qué tan lejos hemos llegado?

 

EURO 1: La Necesidad de un Cambio

La primera norma, conocida como EURO 1, vio la luz en julio de 1992. Este fue el punto de partida para reducir las emisiones de gases contaminantes, que en esa época dejaba de ser un problema desatendido. Los vehículos nuevos pasaron a estar obligados a limitar sus emisiones de monóxido de carbono (CO) a 2,72 g/km y los hidrocarburos (HC) y óxidos de nitrógeno (NOx) a 0,97 g/km. Además, por primera vez, se hizo obligatorio el uso de convertidores catalíticos, un avance que transformó la industria automotriz.

EURO 2: 1996 y la Reducción Continua

En 1996, con la EURO 2, las regulaciones se volvieron más estrictas. Las emisiones de CO se redujeron a 1 g/km, y los límites para HC+NOx bajaron a 0,7 g/km. Esta etapa consolidó la necesidad de que los fabricantes de automóviles comenzaran a tomarse en serio la reducción de gases contaminantes, ya que se empezaban a notar los efectos positivos de estas regulaciones en la calidad del aire.

EURO 3: La Edad de Oro de los 2000

Con la llegada del año 2000, también llegó la EURO 3, que estableció límites separados para NOx, reduciendo su emisión a 0,50 g/km. Esta fase marcó un cambio crucial, pues Europa ya no estaba simplemente reduciendo la contaminación, sino que estaba cambiando el juego al desglosar las emisiones específicas.

EURO 4: 2005 y la Gran Reducción

Para 2005, con la EURO 4, los límites de NOx se redujeron drásticamente a 0,25 g/km, una reducción del 47% respecto a EURO 3. El CO se limitó a 1 g/km, marcando una disminución significativa que obligó a los fabricantes de automóviles a innovar más rápido que nunca. Esta fue una etapa donde la presión regulatoria llevó a importantes avances científicos y tecnológicos, lo que devino en la llegada del AdBlue, que, utilizado en combinación con la flamante tecnología de Reducción Catalítica Selectiva (SCR), se convirtió en una solución clave para ayudar a los vehículos diésel a cumplir con estas nuevas regulaciones más estrictas en los límites de óxidos de nitrógeno, que ya no eran alcanzables con ajustes internos en el propio motor.

EURO 5, 6 y 7: El Presente y la Preparación para el Futuro

En 2009, con la EURO 5, se impusieron restricciones aún más severas con un límite de 0,18 g/km para óxidos de nitrógeno, que se redujeron hasta 0,08 g/km en 2014, con la llegada de la EURO 6, que llevó estos límites a niveles prácticamente impensables en los años 90.

Actualmente, está aprobada la normativa EURO 7, que entrará en vigor para turismos y furgonetas a mediados de 2025, a pesar de que los camiones tendrán una moratoria de 2 años para adaptarse a esta reducción que rebaja los límites de emisiones de NOx a 0,06 g/km.

Por un Futuro Más Limpio

La realidad es que estas regulaciones son esenciales para la salud del planeta; han sido un motor (😉) de innovación en la industria automotriz, impulsando a desarrollar tecnologías más limpias y eficientes. Lo más importante es que estas regulaciones de carácter obligatorio, sin duda alguna, han mejorado la calidad del aire que respiramos y la salud del planeta, algo que todos ―y los habitantes del futuro― debemos agradecer.

¡Con ciencia y compromiso, hacia una movilidad sostenible!